COMENTARIO “CIUDADANO KANE” de ORSON WELLES
Dirección: Orson Welles
Guion: Orson Welles, Herman J. Mankiewicz
Duración: 119 minutos
Interpretación: Orson Welles, Joseph Cotten, Everett Sloane, George Coulouris, Dorothy Comingore…
Producción: RKO / Mercury Theatre Productions
Música: Bernard Herrmann
Fotografía: Gregg Toland
Montaje: Robert Wise
Estreno: 1941
Dirección artística: Van Nest Polglase
Vestuario: Edward Stevenson
Género: Drama
En este film, grabado en blanco y negro, destaca la clave tonal baja, ya que juega en muchísimas escenas con las sombras, dando a los personajes mayor o menor poder tan solo con su utilización.
La planificación es muy acertada, el director siempre escoge el plano ideal centrándose muchas veces en la idea que quiere transmitir (escala de poder, por ejemplo) o en la psicología del personaje.
El aspecto técnico más innovador de Ciudadano Kane es el extenso uso de una gran profundidad de campo, usando primeros planos desenfocando el fondo y creándose así mucha profundidad. Los movimientos de la cámara jugaron mucho en este aspecto ya que gracias a ellos se conseguía muchas veces este acabado de profundidad, se usaron travellings, panorámicas…
Respecto al ritmo, en la primera parte es más acelerado gracias a sus elipsis y a otros elementos como encadenados de imágenes, encabalgamientos sonoros… Sin embargo en la segunda parte, donde conocemos al verdadero Kane, el ritmo se vuelve más lento algo que nos ayuda a reflexionar sobre la vida de nuestro protagonista.
Welles contrató a su amigo Bernard Herrmann para ponerle música a esta película, por lo que sería nominado a un Óscar a la mejor banda sonora. Esta banda sonora es una de las más influyentes del cine y acierta totalmente con el mensaje que quiere transmitir la trama. Podemos ver muchas entradas musicales que solían durar entre cinco y quince segundos que introducían la acción.
Algo clave en los valores connotativos de la película es el uso de la palabra “Rosebud”, palabra que podemos escuchar de los labios de Kane antes de morir, como espectadores descubriremos el gran misterio: esta palabra esta inscrita en el trineo con el que jugaba de niño. Para mí, este hecho tiene una gran belleza, ya que Kane en sus últimos minutos de vida estaba pensando en su infancia perdida, en sus años de juventud inexistentes y que nunca podría recuperar. Es una reflexión preciosa para dar final a un film tan completo, no solo técnicamente hablando, sino también centrándonos en su gran guion.
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